Rol crítica 2.0

Hola a todos y a todas, hoy me toca cumplir con el rol de crítico, y para ello he elegido un tema de actualidad, las redes sociales, los filtros y los transitorios que estas nos pueden provocar.


Diferentes estudios revelan los efectos perjudiciales de los filtros fotográficos de los smarthphones en las condiciones de salud mental, como por ejemplo, los problemas de imagen corporal y los trastornos dismórfico de la percepción corporal. Las personas con este trastorno pueden pasar horas obsesionadas con imperfecciones menores o inexistentes en su apariencia.  





Si bien la causa del trastorno no está clara, los investigadores creen que hay varios factores en juego, incluidos los problemas genéticos y neurobiológicos. 



Cada vez más expertos advierten que la tendencia de los filtros que embellecen y distorsionan nuestros rostros están afectando la forma en que los usuarios se ven a sí mismos, aumentando sus inseguridades. 


Los primeros filtros nos permitieron vernos, por ejemplo, con ojos enormes y brillantes y graciosas orejas de perro. Pero ahora la retórica ha cambiado. Las más populares en este momento se han convertido en herramientas de embellecimiento instantáneo. Un clic permite una transformación radical en la fisonomía del usuario, creando la ilusión de ojos más grandes, labios prominentes, pómulos altos y una nariz fina. Y este es el nuevo estándar de belleza digital con el que compite la realidad. 


Los investigadores y médicos explican que los usuarios ya no van a sus consultas a pedir una cirugía para parecerse más a su referencia famosa, sino que afirman que quieren parecerse a su propia imagen capturada por un filtro. Dentro de esta nueva lógica, las nuevas operaciones más solicitadas se refieren a la corrección de la asimetría facial, párpados caídos, arrugas y apariencia de la nariz. La demanda de aumento de labios para acercarse a esta imagen también ha aumentado significativamente, lo que se puede lograr con un filtro en cuestión de segundos. 


Ahora, las imágenes de 'antes' y 'después' se han convertido en el fenómeno de navegación viral más joven en un entorno donde la edición estética es completamente normal. Esto también coincide con el hecho de que la edición de fotografías se ha democratizado tanto que cualquiera puede acceder a ella con la ayuda de un dispositivo móvil. 


Los "efectos adversos" de los filtros persisten incluso cuando los filtros desaparecen y el usuario vuelve a visualizar su rostro sin ninguna distorsión. Es en este momento cuando se produce la inevitable comparación entre lo "real" y lo "retocado". Y por supuesto, la imagen natural nunca podrá convivir con la que fue diseñada como mascarilla cosmética.


Espero que os haya gustado mi intervención, nos leemos en los comentarios.

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